¿El principio del fin?

La información publicada en la edición impresa de ayer de El Pais no admite interpretaciones: «Los amaños sacuden a Bélgica» es el titular del texto que firman desde Bruselas Lluis Pellicer y Bernardo de Miguel en el que se indica que «10 de los 16 clubs de la Liga están implicados en una red de manipulación de partidos y cobro de comisiones ilegales». Ivan Leuko, entrenador del Brujas, rival del Atlético de Madrid en la Champions, ha sido detenido. La misma noticia recuerda que hace cuatro meses fueron detenidas 13 personas acusadas de amañar partidos de tenis, no de primer nivel, para obtener ganancias en las casas de apuestas.

Ya he comentado en este blog el peligro que supone la moda de las apuestas en el deporte que cobra cada vez más auge en nuestro Estado, ya no por sus condicionamientos morales, sino porque son el abrevadero donde sacian su sed jugadores de ventaja, personas débiles o, lo peor, desesperadas. Y, por supuesto, la tentación en la que caen personajes ávidos de aprovecharse de ello. España no es la reserva espiritual de Occidente, como se pretendía en tiempos del Generalísimo, ni Javier Tebas el adalid anticorrupción como él presume. Lo creeremos cuando veamos sentencias de los partidos que la Liga ha denunciado.

Pero, en efecto, aquí también hay tomate fuera de la Liga de Fútbol Profesional. Unos 50 partidos de Segunda B y tercera división son sospechosos de haber sido manipulados. Y lo hubo en el tenis profesional hace unos años según las investigaciones de la BBC y que fueron discretamente disueltas poco después de que dos inspectores de Scotland Yard fueran destinados a otros servicios.

Las casas de apuestas deberían ser las primeras en colaborar con los investigadores, aunque si no se estrecha el cerco de las medidas legales para controlar este mercado puede que leamos y veamos verdaderos escándalos. Como en Bélgica.