El sobreprecio de la plantilla
De los presupuestos que el Real Mallorca SAD publicará en su web en atención a la Ley de Transparencia exigida por la Liga de Fútbol Profesional y publicada en exclusiva por EL MUNDO DE BALEARES se desprenden dos epígrafes curiosos al margen de confirmar las pérdidas registradas en los ejercicios anteriores que vienen a confirmar los desembolsos a que se han visto obligados Robert Sarver y sus asociados. Uno es la aclaración de que la deuda pendiente con Hacienda permite a la Agencia Tributaria hacerse con el 40 por ciento de un eventual traspaso de los jugadores. ¿A cuántos se han transferido a otros clubs?. A ninguno. Ni parece que vayan a surgir muchas ofertas en esta dirección a tenor de los fichajes realizados.
Mucho más llamativo es el capítulo de personal donde se prevé un gasto superior a los 32 millones de euros, cuando el límite salarial impuesto a la SAD es de 30. Que me lo expliquen. Aun así parece un coste muy elevado para una plantilla procedente de Segunda División en su mayoría, reforzada a base de futbolistas que ni siquiera han alcanzado la condición de titulares, además de que los contratos de larga duración, como por ejemplo el de Alex Alegría, son divisibles por el número de años pactados. Será precisamente por eso que se cumple el tope del gasto aceptado por la patronal de clubs.
No sé quien ni cómo ha elaborados tales presupuestos. Debo suponer que el banquero de Arizona entiende de números mucho más que cualquiera de nosotros. Aun así continúo sin explicarme de qué sombrero de copa saca sus conejos Maheta Molango para gozar de más confianza que la que ha tenido este año Mateu Alemany en el Valencia.