El violinista en el tejado

La lesión de larga duración de Maffeo ha terminado con el inmovilismo habitual en la dirección de fútbol del Mallorca. Pero el mercado de enero no es fácil, sobre todo si necesitas cubrir una demarcación concreta con un futbolista de características específicas. El criterio de Pablo Ortells, quien toca el violín en lo concerniente al balón, peca de cambiante y su paralelismo con el cuerpo técnico es más divergente que convergente;  véase el caso Sergi Darder como paradigma o la caída y ascenso de Nastasic, despreciado en junio y repescado en agosto.

En el ecuador de la competición no valen experimentos del estilo de Kadewere o Dennis «no sé qué más», por no hablar de Van der Heyden aunque este fuera flor de verano y no de invierno. A trece días del cierre de «oportunidades», en la planta noble se continúa deshojando la margarita a pesar de que en su día quedó muy pomposo eso de «reservar un dinero» para el primer mes del año. Reservarlo es lo que mejor hacen los americanos, al menos en inversiones deportivas. Lo del estadio va por otra vía.

Se anuncia la renovación a largo plazo de David López, central del filial clasificado en Tercera Federacion (la antigua Regional Preferente) como una gran operación, que puede que lo sea o no. Del papelón del Mallorca B, a seis puntos del líder, SD Ibiza, y solo cuatro por encima del Manacor, quinto en la tabla, mejor no hablar y menos profundizar. Habrá tiempo. Leo Román destaca en Segunda, buena noticia, pero la fábrica se estancó después de la salida de Luka Romero por el que se interesan Cádiz y Almería a pesar de su poco afortunada aventura italiana.

Y, miren, a veces si se hace tarde a pesar de que la dicha sea buena. Lo cual está por ver.