Luz dentro de la oscuridad
Estoy parcial pero no totalmente de acuerdo en que no hay mal que por bien no venga, eso dicen, porque en muchas ocasiones el beneficio originado es menor que los estropicios causados. Sin embargo reconozco que de cualquier situación, por catastrófica que sea, se desprenden enseñanzas positivas.
En el caso que nos ocupa hoy y dentro de un asunto de poco calado en las presentes circunstancias pero más importante cuando se pueda apreciar el paisaje después de la batalla, la irrupción de los ERTE, lamentables en la mayoría de empresas y causantes de no pocos problemas personales, no vendrá mal en el a todas luces exagerado mercado futbolístico.
No uso como paradigma el del Atlético Baleares que intuyo más debido a la caída de ingresos en el conjunto de los negocios de su dueño único, pero si el del Bayern de Munich que ha comunicado una reducción del 20 por ciento en las nóminas del total de sus trabajadores y ha impelido a sus futbolistas a aportar donaciones para que la medida afecte menos a los empleados peor pagados.
Dentro del capítulo del «fair play», la FIFA se dispone a limitar la partida destinada a a las plantillas de jugadores profesionales hasta un máximo de un 65 por ciento del presupuesto total de cada club, ya que actualmente el coste de dicho personal se lleva el 75 e incluso el 80 por cien de los gastos en las correspondientes cuentas de explotación de las sociedades anónimas deportivas.
Y si, se barajan y manejan cifras siempre inmorales e incluso especialmente lacerantes en momentos como el que vivimos. No sé si el maldito coronavirus servirá para implantar el sentido común en estos y otros asuntos mucho más trascendentes, aunque no por ello menos gravosos para la sociedad mundial. Sobran ejemplos ¿verdad?.