Empanada arbitral
En contra de mi propia forma de pensar y proceder, dejaré para mañana lo que iba a escribir hoy. Es que el Comité de Arbitros, si el de la Federación Española de Fútbol todavía, se ha reunido en Asturias para preparar la temporada en ciernes y ya sabemos que por sus bocas salen perlas, si, como si fueran ostras.
Luis Medina Cantalejo, presidente del colectivo por decisión de su homónimo Rubiales, ha reconocido que la pasada temporada pudieron hacerlo mucho mejor. No necesitábamos que nos lo recordara, aunque se agradece el acto de contrición si fuera sincero.
Se les ha explicado a los árbitros de primera y segunda división que las manos en el área que no intercepten un tiro a gol o una ocasión clara, no deben ser castigadas con tarjeta roja. De paso podrían aclararnos qué manos son sancionables porque, público aparte, ni los propios jugadores lo saben.
Pero no pierdan lo esencial da la perorata presidencial: «Necesitamos que haya menos intervenciones del VAR y no porque el VAR tenga que bajar el nivel de intervenciones». Esta no la mejoran ni Mariano Rajoy o Zapatero. Si este es el jefe, imaginen sus discípulos.
Tomen nota, porquen han descubierto que se pierde mucho tiempo en la celebración de los goles. A partir de ahora se prolongará un minuto por tanto marcado y si lo tiene que validar el VAR, todo el tiempo en que el asistente de la cabina invierta en ponerse las gafas.
¡Ah si! y que los contactos leves en el área son «penaltitos» que no hay que señalar. Salvo que toques a Vinicius, claro, porque eso es racismo. Esto último lo digo yo, no ellos.