Entradas y salidas

Que Raillo no viajó a Austria, lleva dos días sin entrenar con el grupo y que está enfadado por la filtración de alguien del club sobre la oferta de tres millones formulada por el Cagliari son hechos. Las interpretaciones son libres. Que Javier Aguirre le comunicó a Antonio Sánchez que no cuenta con él y se le busca destino es otro hecho. Que las formas utilizadas en ambos casos han molestado en el vestuario del Mallorca es una información contrastada cuyo significado resulta igualmente personal e independiente.

Como en todos los clubs y en concordancia con los consejos que emanan de Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional, solamente trascienden las noticias que favorecen sus intereses, sus gabinetes de prensa están para redactarlas de la forma que más les conviene y, en su caso, contrarestar las que no son de su agrado. Pero aunque la Liga haya impuesto a sus narradores, entrevistadores y comentaristas a los titulares de sus derechos audiovisuales y se lo hayan consentido, es imposible secuestrar la verdad durante todo el tiempo y ante todo el mundo.

Son Moix no es un bosque ideal donde no crece la mala hierba y reina la paz, como en todas partes. A Maheta Molango, cuya etapa constituyó una verdadera desgracia, le traicionó otro ejecutivo del club en buena hora.  En todas las empresas hay envidias, celos, pasiones e intereses particulares. El Mallorca no es la excepción que confirma la regla. No es la casa de la Troya ni el país de las maravillas donde reside Alicia y, guste o no guste, se cuenta tanto lo bueno como lo malo más allá de lo que kis receptores de cada cada mensaje lo procesen como les dé la gana. ¡Faltaría más!.

En este mismo blog se alentó el fichaje de Sergi Darder por encima del de Larin. Los dos aun mejor. El trueque de Baba por Samú Costa creo que beneficia al primero, necesitado de un cambio de aires. Y si Raillo quiere salir, Pablo Ortells tendrá trabajo, el que le es propio, para encontrar un sustituto; pero tanto si se queda como si se va, habrá que respetar su decisión porque, antes que futbolista, es persona.