Exodo en Son Bibiloni

Tengo ante mi una foto en la que aparece Llorenç Serra Ferrer flanqueado por Damián Amer, Salas, Tomeu Pascual, Crespí, Tomás Gibert, Pep Bonet, Tolo Ferrer y Pastor. No, la Ciudad Deportiva, una cualquiera, ni aparecía ni se la esperaba, pero todos estos, chavales entonces, llegaron a jugar en el primer equipo del Mallorca alguna vez y en alguna categoría.

Ahora Gayá, Javi Llabrés y Leo Román se las pelan para que les hagan un hueco y eso después de años, demasiados, de sequía sin cosecha alguna en Son Bibiloni. Mientras los dueños, los americanos si, sueñan con un hotel cuya licencia no les conceden, la simiente sembrada en los terrenos de juego se marchita antes de la siega. Hemos dicho adiós a Pablo Ramón, a Elías, aunque ahora haya vuelto, Ferrán Quetglas, Mascaró, que ha volado a Sevilla, ahora el jovencísimo Cabrera directo al Atlético de Madrid, David Ferrer un goleador del Cadete B camino de Almería y hasta un jugador de la Penya Arrabal, que no es del club pero si de su cuerda, Madou Traoré ficha por el Granada.

Pero, eso si, se traen a un ojeador del Espanyol especialista en descubrir jóvenes talentos que, según parece, no pilla ni a los nuestros y hasta a un ayudante de jardinería para Benito, como si en Mallorca no hubiera ni futbolistas, ni jardineros. Y, créanme, mantener la «Antonio Asensio Pizarro» cuesta una pasta cuyo rendimiento está por ver.

Si Obelix, el personaje de Gosceny y Uderzo, le decía a Asterix aquello de «están locos estos romanos», más de un mallorquín futbolero y mallorquinista acabará preguntando: «¿están locos estos americanos?».