La piel del oso
La ciencia de las matemáticas admite una operación destinada al cálculo de probabilidades y aunque la palabra descenso no aparece esta temporada en el cuaderno del Mallorca, no está de más recordar que desde junio del año 2000 hasta el día de hoy, han bajado de categoría equipos que habían alcanzado la cifra mágica de 40 puntos e incluso lo hicieron con 41, 42 y hasta 43.
El Real Betis se fue a Segunda con 42 puntos en dos ocasiones, 2000 y 2009, igual que el Zaragoza en 2008 y ahí sigue. Con 43 cayó el Deportivo en junio del 2011 y no se ha vuelto a levantar desde entonces. 41 puntos no les bastaron al Real Oviedo en 2001, ni al Villarreal en 2012 y con los exíguos 40 pagó el Real Valladolid al término de la campaña 2022-23 y más atrás en 2001-02, Las Palmas.
Cifrar la puntuación necesaria para salvar el escollo cuyos ejemplos derivaron en catástrofe salvo en el caso de verdiblancos y «cerámicos», no es fácil. De ahí que sea recomendable la prudencia por optimistas que sea la aritmética que, por exacta, no predice lo inesperado. Todavía se han de disputar 36 puntos y la liga empieza ahora.
Tales reflexiones aconsejan un trabajo silencioso en las direcciones deportivas en comunión con las técnicas. No parece oportuno que Abdón, en manifestaciones a IB3, declare ahora su incomodidad por su papel en el equipo después de haber renovado por tropeciento y tantos años y creer que corear su nombre en las gradas o levantar el «pay-pay» de su cara le convierten en mejor jugador. Tampoco es momento, aún, de filtrar negociaciones con los porteros por injusta que la parezca a Greif su oferta, que Leo Román exija su titularidad por contrato o vender la piel de Larín antes de cazarlo. Partido a partido, señores, con humildad y sensatez.