Miedo de los «salvapatrias»

Líbrenos el Señor de los salvadores. La historia no reconoce a uno solo bueno. Todos trajeron desastres. Mejor ni nombrarlos. Ahora Florentino Pérez se presenta como salvador del fútbol aunque lo que todos sabemos que intenta salvar es al Real Madrid que, como el Barça y el Atlético, entre otros, está en la ruina. Ahora está de gira, como los políticos. Un dia en El Chiringuito, otro en El Larguero y mañana en alguna hoja parroquial. El, uno de los presidentes manirrotos que ha dilapidado fortunas sin querer saber nada de una realidad mucho más cruda, el fútbol solo se cura a través de una regulación de los mercados y no agrandando las cuentas corrientes de los futbolistas y sus agentes o intermediarios con contratos inasumibles y primas carentes de toda lógica y control.

Esto por una parte y por la otra ¿era este el momento de lanzar su proclama propangadística en medio de la que está cayendo?. ¿Tiene que estar ahora un Juzgado de Madrid en un asunto de este nivel cuando miles de empresas se van al garete, el primer banco español anuncia más de 8.000 despidos y el cierro de más de 1.500 oficinas y las cifras del paro son escandalosas?. Suponiendo que tenga la jurisdicción suficiente, claro está. ¡Destinen el dinero a comprar vacunas y no a espectáculos groseros y materialmente mezquinos desde un punto de vista ahorrador!.

Tanto la FIFA, como la UEFA y las federaciones deportivas, sin excepción, me han parecido instituciones innecesarias y refugio de aprovechados en la misma medida que esencialmente al Real Madrid y al Barça, los he tenido como el cáncer del fútbol español.  Pero tampoco creo que este negocio gane nada cambiando los que controlan el tinglado por otros controladores de igual o peor calado.

Particularmente y como consumidor me la pela la Superliga esa y los doce clubs que la integran, no me interesan sus equipos, ni sus partidos, no me causan la menor admiración ni me producen ningún sentimiento. Yo seguiré pendiente del Nastic-Eivissa, como hice el pasado domingo. Y algunos otros, claro.