La calle del adiós

¿Qué ha hecho Irene Lozano por el deporte español como presidenta del Consejo Superior de Deportes?. No recuerdo absolutamente nada relevante, ni siquiera la intención de dar un primer paso en relación a la obsoleta problemática que afecta a varios deportes colectivos o individuales. Igual estoy equivocado y saldrá alguien a corregir mi error. Si es así, rectificaré encantado. Mientras tanto los únicos «inputs» que me han llegado de su inocua labor apuntan a su ambición por ocupar alguna cartera ministerial. Se ha quedado corta, de momento tendrá que conformarse con un sillón en la futura Asamblea de Madrid si los votos del PSOE le bastan.

Pepu Hernández, que suena como su sustituto, ha negado por ahora tamaña posibilidad. Cabe suponer que en su condición de antiguo entrenador de baloncesto algún iluminado haya pensado en él. Canasta + balón + seleccionador y desde hace un tiempo metido en política = deporte. Una ecuación de sencilla incógnita. Compitió y ganó unas primarias de su partido para optar al Ayuntamiento de Madrid, en el que ejerció de concejal. Perdió con Martìnez Almeyda.

No ejerzo una crítica partidista, ni me interesa. Solo espero que acceda al cargo quien tenga suficiente capacidad y  conocimientos para desempeñar su labor porque la verdad es que desde Cortés Elvira e incluso Gómez Navarro no recuerdo un organismo tan inútil como este. Las estructuras sobre las que camina el deporte español exigen una renovación urgente y sus anticuadas leyes, comenzando por la de sociedades anónimas deportivas, una reforma imprescindible. El nuevo destino de la señora Lozano nos brinda la ocasión.