La FIFA, un león insaciable

Hace semanas y meses que en este blog hemos llamado la atención sobre los excesos de competiciones internacionales organizadas por FIFA y sus confederaciones en beneficio propio y perjuicio del fútbol y los futbolistas. No tanto de técnicos, ejecutivos y administrativos que, por la cuenta que les trae, componen el sustrato sobre el que se sostiene el poder desde Zurich a Nyon, Miami, Luque, El Cairo o Kuala Lumpur y cada una de las federaciones de cada país, como la Española, o las regionales, a modo de laBalear. Una cadena de ingresar dinero injustificado que nace en los niños, padres incluidos, y crece sin parar hasta alcanzar cotas pornográficas.

Pero todo tiene su límite y cuando la avaricia rompe el saco ni el «borreguismo» reinante puede detener el caos. Al fin, tal cual era de esperar, la European Leagues, que reúne a 39 ligas profesionales, 1.130 jugadores de 33 países y 67 categorías junto con FIFPRO, que representa a 45.000 jugadores de 66 sindicatos, han presentado ante la Comisión Europea una denuncia contra la institución presidida por Gianni Infantino ante la convocatoria del mundial de clubs que pretende congregar entre el 15 de junio y el 13 de julio de 2025 a 32 equipos.

La saturación de fútbol televisado incide directamente sobre la pérdida de televidentes salvo en aquellos encuentros de primer nivel, lo que induce a las plataformas a reducir la cuantía de sus ofertas por los derechos de transmisión. RTVE, que ha ofrecido la Eurocopa y emitirá los Juegos Olímpicos de París, ha rechazado la cesión por parte de Movistar del partido de liga de los lunes. Un detalle significativo. Pero más allá del coste imputable a las ligas domésticas por la concentración del calendario y la obligación de prestar a sus plantillas, estos «esclavos de oro del balón» se ven forzados a la disputa de unos sesenta encuentros o más cada temporada, con sus entrenamientos y viajes correspondientes. Perjudica su salud en proporción a la que padecen las arcas de los clubs.

Frente a todo ello la Superliga de Florentino Pérez y su peón, Jan Laporta, no es un cuento de hadas, pero sí de niños. Otro torneo más a sumar en el galimatías.

La Comisión Europea arbitrará una guerra sin armas, pero tal vez con víctimas. Esto no ha hecho más que empezar porque, cuando el león insaciable no pueda tragar más, su vómito salpicará tan bello deporte convertido en la fiebre del oro, como en el salvaje Oeste. Ya saben el final.