El Mallorca aseguró su quinta posición de cara a la liguilla de ascenso al empatar sin goles ante un Extremadura que, también con suplentes, creó más ocasiones ante la portería de un excelente Parera que las sufridas por el guardameta local. Un tiro de Stoichkov al travesaño y un remate de Buenacasa a portero batido salvado por un defensa, ambas en la primera parte, fueron los únicos avisos de los de Vicente Moreno, alguno de cuyos alineados justificaron con creces su ostracismo.
ALINEACIONES:
Extremadura.- Alvaro (2), Aitor (1), Pardo (1), Cruz (1), Pomares (1), Fausto (2), Lolo (1), Kike Márquez (2), Diego Capel (2), Diosbert (0) y Willy (1).
Minuto 45, Ortuño (1) por Diosbert. Minuto 59, Attipoe por Márquez. Minuto 67, Perea por Capel.
R.Mallorca.- Parera (2), Gámez (0), Xisco Campos (1), Russo (1), Salva Ruiz (0), Baba (2), Leo Suárez (1), Pablo Valcarce (0), Buenacasa (1), Stoichkov (1) y Abdón (1).
Minuto 62, Stojiljkovic (1) por Abdón. Minuto 67, Pedraza (1) por Leo Suárez. Minuto 79, Víctor (-) por Buenacasa.
ARBITRO:
Ais Reig (1), del Comité de Valencia. Para pitar como Mateu Lahoz, mejor el original. Aplicó irregularmente la ley de la ventaja, no colocó las barreras a distancia, contemporizó con las tarjetas, que mostró a Salva Ruiz del Mallorca y Pardo, del Extremadura, y se contagió del ritmo poco intenso de gran parte del partido.
COMENTARIO:
A nadie le interesaba intercambiar el orden establecido. Bueno, al Deportivo quizás. Sin embargo los de Martí no dependían de si mismos para dejar al Mallorca por detrás. Cierto que si me cuentan que en el Francisco de la Hera había sonado Sabina con su canción “Pacto de caballeros”, me lo hubiera creido. Si, a pesar de las cinco ocasiones generadas por los locales, alguna de ellas fallida por obra y gracia de Parera, por las dos que se buscó aisladamente Stoichkov y la más clara, de Buenacasa, en la única acción de ataque trenzada por el aspirante al ascenso plagado, por supuesto, de suplentes, igual que el Albacete en Almería e incluso el mismísimo Extremadura. A ver cómo se explica si no que Mosquera, el artífice de la permanencia azulgrana, retirara del terreno de juego, después de una hora de pesadilla para Gámez y Salva Ruiz, a sus mejores jugadores: Márquez y Capel.
Vicente Moreno no quiso ser menos, pero en lugar de empeorar a su equipo, como hizo su colega, intentó mejorarlo. La primera y casi única acción de Stojiljkovic, –control, media vuelta y disparo al bordel del área- superó cualquier expectativa del desasistido y extrañamente desabrido Abdón. Incluso decidió dar una oportunidad al joven Víctor, el goleador camerunés del Mallorca B, que dejó más detalles que el sustituido Buenacasa, víctima de los calambres que denunciaban su larga inactividad.
Solo la derrota podía haber cruzado al Málaga en el camino de retorno a primera división, pero nadie la buscó con la intensidad y ahínco que se hubiera precisado y exigido en cualquier situación verdaderamente apremiante. Pese a lo inamovible del marcador, hay que agradecer que el lance no fuera demasiado aburrido. En todo caso y con las gafas de leer solamente las conclusiones que se puedan sacar de lado bermellón, quedó constancia del por qué el titular es Sastre y no Gámez, Estupiñán y no Salva Ruiz, por no hablar de los centrales. Evidentemente Leo Suárez no es Salva Sevilla aunque ayer le asignaran el papel, ni Stoichkov tiene la velocidad de Lago Jr. De Valcarce, mejor no abrir boca. Claro que tampoco se trata de entrar en un análisis individual.
Nos centraremos en la traca final. Ya sabemos cómo es esto, se acaba con un espectáculo de luz y color o solo queda el olor a pólvora y la humareda que se desvanece.