La NBA se complica

En Europa Héctor Cúper siempre fue un gran finalista, pero nunca campeón. Realmente hasta ocho subtítulos adornan su currículum, pero solamente dos trofeos, la Supercopa que lucen en las vitrinas de Son Moix y Mestalla respectivamente. Cuánta razón tienen quienes aseguran que nadie se acuerda de los clasificados en segunda posición, por merecimientos que encierre e injusto que sea el olvido.

Entre el miércoles y el viernes se dilucida el campeón de la NBA, la liga profesional del baloncesto americano. Nos las prometíamos felices, por solidaridad, con la clasificación de los Phoenix Suns de Robert Sarver, por afinidad, que alcanzaban un hito desconocido para ellos desde el año 93 y nos congratulábamos ante la posibilidad de visionar de nuevo al financiero de Arizona sacar pecho en el asiento de un avión. Pero no está claro. Del 2-0 inicial se ha pasado al 3-2 favorable a los Bucks de Milwaukee a falta de dos partidos, uno en cada cancha, para la sentencia final. Ambos se juegan a las 3 de la madrugada del miércoles en Wisconsin y el viernes en Phoenix, pero si nos levantamos de la cama para ver al hombre aterrizar, o sea, alunizar en la luna, quizás deberíamos situarnos ante la pequeña pantalla, de plasma, leds o lo que sea, por hermanamiento. ¿Si?. No nos fuera a pasar lo de siempre y tengamos que invocar algún conjuro para terminar con la «maldición del Flaco».