Las uvas ¿de la suerte?

Nunca he sido muy partidario de los resúmenes del año al uso, pero llegada la fecha en que se cierran estos últimos 365 días fatídicos, he tirado de memoria, sin consulta previa, para mirar hacia atrás sin ira para congratularme por los éxitos de unos y deseárselos a los otros a partir de este momento en el que no sabes si tomarte las uvas pensando en las del año pasado o seguir con la costumbre para dar las gracias porque las cosas no hayan ido peor de lo que podrían y esperar que en el 2021 vayan mejor de lo que se teme.

Brindo por el «annus gloriosus» de Rafa Nadal y expreso poder verle en la final del Roland Garros a por su décimo cuarta victoria. Por el relevo de Jorge Lorenzo por parte de Joan Mir, salvando las distancias y personalidades tan distintas y tan lejanas. Por las promesas y esperanzas de Enric Mas. Por la perseverancia del Palma Futsal, el Urbia Palma, el Palmer de baloncesto. Lamento el descenso del Mallorca a la espera de que vuelva a primera división con la «nueva normalidad», por mucho que yo prefiera la vieja. Me alegró el ascenso del Poblense y me apenó el nuevo tropiezo del Atlético Baleares.

Rezo por la recuperación de los miembros y colaboradores de la Federación Balear de Fútbol ingresados con COVID, convencido de su curación, igual que hago desde aqui con todos los que han sufrido, sufren y sufrirán por ello. Estos son mis deseos, redactados a vuela pluma y sin pensar demasiado. Rogaré para que se cumplan, lo mismo que haré con los de todos vosotros, lectores y amigos.