Lo que mal empieza……..
Utilizar los primeros partidos de liga para plantearlos como ensayos de pre temporada es un gran error. Digamos lo de otra manera: iniciar el campeonato sin tener las ideas claras, jugadores sin acoplar y más dudas que certezas se paga con puntos que influyen en la clasificación desde la primera y hasta la última jornada.
No suele haber coordinación entre directores deportivos y entrenadores. Unos miran por los intereses del club y los otros se preocupan por los del equipo, que casi nunca coinciden salvo raras excepciones.
El Mallorca se marchó de vacaciones a Austria con ocho niños que no van a jugar con el primer equipo en todo el curso y sin Muriqi, Larin, Sergi Darder, Raillo y Samu Costa. Ni siquiera Rajkovic. Un viaje inútil que obligaba a empezar con lo que algunos ya conocían. Y ficharon a Van der Heyden, un defensa central que se incorporó en los útimos días de concentración, que no le gusta a Javier Aguirre y no entra en las quinielas para parchear la ausencia del capitán lesionado. Por no hablar de Antonio Sánchez en el centro de la margarita: no te quiero, te quiero. Mala política. Ya no entremos en la inversión efectuada en determinados fichajes antes de dar tiempo a su evolución, aunque generen serias dudas. El belga como ejemplo paradigmático ya que en el banquillo se sientan en total más de quince millones de euros. Y Abdón, titular. No es una crítica al de Artá, solo un dato.
Ortells, el director de fútbol, acertó en la contratación de Kang in Lee, pero también hay bastantes pifias en su debe: Kadewere, Dennis, Nastasic (no renovado), fracaso en la continuidad de Galarreta y cero absoluto en la subida de jugadores de la cantera. Javi Llabrés, por ahora, el primero en ocho años. Pues parece que se ve en la necesidad de buscar a un defensa central habida cuenta del ninguneo al elegido y dicen que el técnico pide un tercer portero, vayan ustedes a saber para qué. Ya solo falta que esta semana traspasen a Maffeo y no quedará ni la única jugada que se les ocurre a los pensadores para ¿sorprender? a los rivales.
La presente reflexión tal vez incluye demasiados problemas a la vez. En efecto, es imposible una única lectura del batiburrillo que se intuye en la plantilla e incide en el conjunto y los resultados, más gravosos al final pero no por ello menos importantes y quién sabe si trascendentes al principio.