Merecido y corto

En el minuto 89 el árbitro anuló por juego peligroso un gol que hubiera significado el empate de Osasuna, pero no hubiera sido justo si nos atenemos a los méritos del Mallorca, muy superior en la primera mitad y más conservador en la segunda. Los locales pusieron y expusieron mucho más a contribución de agradar y ganar en su primer encuentro de la temporada y consiguieron, en términos generales, ambas cosas.

ALINEACIONES:

R.Mallorca.- Reina (1), Gámez (2), X.Campos (1), Raillo (2) S.Ruiz (1), S.Sevilla (2), Pedraza (1), Ariday (2), Lago Jr. (2), Abdón (2) y C.Castro (1).

A los 59 minutos, Baba (1) por C.Castro; a los 70, P.Valcarce (1) por Ariday y a los 78, Faurlín (-) por Pedraza.

C.A. Osasuna.- J.Pérez (1), Nacho Vidal (1), Unai (1), D.García (1), Clerc (1), Oier (0), I. Pérez (1), Olavide (0), R.Torres (1), K.Barja (0), David (0).

En el minuto 62, J.Villar (0) por K.Barja; en el 68, Brandon (0) por David y en el 76, I.García (0) por Olavide

ARBITRO:

Arcediano Monescillo  (2), de Castilla La Mancha. Acertó en el penalti a Carlos Castro que significó el único gol del partido y, aunque más riguroso, también al invalidar el gol de Nacho Vidal de espaldas a portería con el pie en alto cerca de la cabeza de Xisco Campos. Mostró tarjetas amarillas a Gámez, Campos, Lago Jr. y Carlos Castro, del Mallorca y a Oier, de Osasuna.

GOL:

Minuto 43, pase paralelo a la portería visitante, Carlos Castro acude al remate y David García le entra por detrás, derribándole. Abdón transforma el máximo castigo. 1-0

COMENTARIO:

Habría que preguntarle a quien el dijo a Abdón que sería el cuarto delantero, por qué fue el primero y, de paso, quien se echó a la espalda los ataques de su equipo. Con su intensidad, su espíritu de lucha, y sus constantes movimientos abrió numerosos espacios que, con las constantes entradas de Lago Jr. y Ariday, con ayuda de Gámez, por las bandas, dejaron al visitante sin resuello durante 45 minutos. De hecho el marcador a favor del anfitrión debió ser más amplio antes del descanso.

Luego, la seguridad del resultado, la falta de ideas ofensivas de los de Arrasate y el repliegue defensivo del vencedor, dieron paso a una reanudación menos vistosa, con un Mallorca que nunca perdió el control y en parte lo cedió, si bien sin contragolpear con demasiada eficacia, pero tampoco sin que Reina pasara ningún apuro.

Un único pero: un solo tanto y de penalti en medio de un dominio casi abrumador reabre el debate sobre la necesidad de un delantero centro, pero el cuarto. En todo caso, el primero.