Nadie se chupa el dedo
Esta semana Maheta Molango ha estado de gira por los medios de comunicación. En concreto ha sido entrevistado por Ultima Hora y Diario de Mallorca el mismo día de acuerdo con el pacto establecido entre ellos y programado desde el club para que ninguno de los medios se sienta vilpendiado por ir en último lugar. Es lo que se llama, en mi opinión, periodismo patético porque ignora que no impera el orden de publicación sino el mejor trabajo. Dicho sea de buen rollo y sin intención de ofender nadie. ¡Dios me libre!.
No confundir entre el club y su consejero delegado o sus dueños, mucho menos con el equipo. Así lo entienden ya muchos mallorquinistas cansados de que les tomen por el pito del sereno, milonga tras milonga. En esta entrevista de tres cabezas, el CEO se ha desenmascarado solo. Primero con el límite salarial, pues insiste en explicar los epígrafes que incluye y que todos ya sabemos, sin dejarnos convencer de que 7 millones en Segunda A dan para bastante más de lo que ha fichado, cualitativamente hablando. Sin abandonar el hilo, se contradice a si mismo al afirmar que aumentar el techo del gasto en tres millones se ha debido a la campaña de abonados, dejando de lado que en idéntico contexto afirma que no quiere más público porque abrir nuevas pastillas en las gradas de sol supone un gastos de 15 mil euros que no compensa. ¿En qué quedamos, no compensa por un lado pero si por otro?. Que por cierto, otras veces creo recordar que esa misma cantidad es la que atribuía al coste de la apertura de todo el recinto.
Lo que no explica es cuánto ha tenido que pagar en indemnizaciones de contratos rescindidos por haberse excedido en su duración -Pablo Valcarce no va ni convocado y tiene 4 años- que, en efecto, también entran en el cálculo por el que se rige la LFP al fijar el límite salarial que, entre otros, también incluye su propio sueldo.
Pero a estas alturas y por poco que salga de su despacho omnipotente ya se habrá dado cuenta de que no se puede engañar a todo el mundo durante todo el tiempo. Hablará hasta en la hoja parroquial de los salesianos si lo cree conveniente, pero son cada vez menos los que se chupan el dedo.