Ni selecciones, ni autonómicas

Era la semana o el día o la ocasión que siempre pintan calva. Era la fecha en que cuatro iluminados promovieron la convocatoria de selecciones autonómicas de fútbol forzadas a disputar partidos durante el parón navideño de las competiciones oficiales. Una excusa como cualquier otra para reivindicar nacionalismos de pacotilla al amparo del deporte más popular y, también, más populista.

Aquello ha pasado felizmente a la historia ante la falta de respuesta del público, el desinterés de las televisiones y la baja calidad del espectáculo. Y eso que en Baleares se llegó a celebrar dicho evento, creo que ante Malta, en un Son Moix medio vacío o medio lleno, como en el chiste del optimista y el pesimista. ¡Menuda patraña y valiente representación!.

No dejaba de resultar curioso y a la vez incoherente, que los profesionales que exigían descanso para poder pasar las fiestas con sus familiares renunciaran a su propia demanda para vestirse de corto con los colores abanderados que hallaron hueco mediático primordialmente en Catalunya y el País Vasco. Siempre he dicho que buena parte del independentismo recularía en cuanto el Barça tuviera que limitarse a competir en su liga, la del Gimnastic, el Sabadell, el Girona, el Manresa, el Lleida, etc, etc. Y el Athlétic, Real y Alavés aparte, con el Sestao, el Baracaldo, el Real Unión de Irún y demás. Un argumento demagógico, vale, de acuerdo.

Puesto que quien no se consuela es porque no quiere, recordemos que había, supongo que aún existe, un campeonato de selecciones autonómicas juveniles a las que vimos no pocas veces como telonero de los partidos de liga en el viejo estadio Lluis Sitjar. Baleares solía vestir totalmente de azul, ignoro la relación.