No apto para hipertensos
No hay mejor localidad que la de barrera para ver los toros. Es el derecho que se ha ganado el Mallorca de Aguirre, donde el concepto está por encima de la ejecución. Y en el ruedo la corrida se anima por momentos, para algunos con el capote al vuelo y la muleta al descubierto.
La victoria del Sevilla en Valladolid, aprieta la soga en torno al cuello de Pezzolano y sus pupilos. La del Valencia en Vigo concede un respiro a Rubén Baraja y complica la vida del Celta cuyo colchón precisa un cardado urgente. El Cádiz, derrotado en Palma, dictará su propia sentencia al recibir en el Mirandilla a castellanos y gallegos, por este orden.
Los maletines con como las meigas, haberlos haylos. Quién sabe si alguno caerá cerca de Son Moix, por si al Almería se le ocurre tropezar dentro de seis días o a los de Mestalla les afecta jugar en día laborable y con el comercio abierto. Hay seguidores que, con tal de estar en el sitio, se piden el día libre.
Descendido el Elche, del que cabe destacar su vergüenza torera ante la idiotizada tarde del Atlético, al Espanyol le queda una casilla para que se hunda su acorazado y Bordalás todavía tiene opciones de salvar al Getafe aunque no solo dependa del contenido de su mágico sombrero.
El gallinero se muestra tan ávido de emociones, que hay hasta quien acelera para meterse en esta cosa llamada Conference League, el penúltimo invento de la UEFA para hacer caja. No hay escarmiento que valga. Por suerte los Pirineos pillan más cerca de Girona, Bilbao o Pamplona y sin mar de por medio.