Obligacion cumplida

Pablo Valcarce se ha revindicado con un gol que abrió el camino de la victoria del Mallorca donde tenía la obligación de lograrla. La precaria situación del Reus, en parada multifucional, obligaba a ello. Lago Jr. otra vez santo y seña, casi la única, del equipo, redondeó el marcador con un penalti doble que él mismo había provocado. Todo a partir del minuto 60, tras los cambios que Vicente Moreno efectuó y lograron desembozar un partido conscientemente trabado y mortalmente aburrido en la primera parte.

ALINEACIONES:

Reus Dep.- Badía (1), Moore (2), Catena (1), Olmo (1), Villanueva (1), Juan Domínguez (0), Carbiá (0), Ledes (0), Ortiz (0), Vaz (1 y Linares (0).

Minuto 71, Carbonell (0) y Querol (0) por Juan Domínguez y Carbiá.

R.Mallorca.- Parera (1), Gamez (1), X.Campos (1), Raillo (2), Sastre (1), Dani Rodríguez (1), Baba (1), P.Valcarce (1), Lago Jr. (2), Carlos Castro (0) y Alex López (1).

Minuto 60, «Stoichkov» (2) por Carlos Castro. Minuto 80, Buenacasa (-) por P.Valcarce. Minuto 88, Abdón (-) por Alex López.

ARBITRO:

Vikandi Garrido (2), del Comité vasco. Sin complicaciones, aunque algo acomodado al tono del partido. Amonestó a Catena y Vaz, del Reus y a Xisco Campos y Buenacasa, del Mallorca.

GOLES:

Minuto 69, libre directo que lanza «Stoichkov» desde el vértice del área, rechaza con dificultades Edgar Badía, el balón le cae a Alex López que retrasa sobre Pablo Valcarce que cruza con la derecha al palo opuesto y por alto. 0-1

Minuto 80, Lago Jr. se escapa tras recibir un pase de «Stoichkov» y Carbonell le zancadillea al entrar por el lateral del área. El penalti lo lanza el propio delantero de Costa de Marfil, rechaza el portero, pero de nuevo lo recoge el lanzador que marca a puerta vacía. 0-2

COMENTARIO:

Nunca sabremos lo que hubiera pasado si el Mallorca hubiera jugado los primeros sesenta minutos como la última media hora. Claro que para ello tendría que haber salido con otra alineación o, al menos, algún jugador capaz de interpretar el juego en tres cuartos de campo. No hubo más que vulgaridad por ambas partes hasta que Vicente Moreno, a saber cómo había visualizado el paisaje previo, envió a la ducha a Carlos Castro, suplente justificado y fichaje inexplicable, sustituido por su compañero “Stoichkov”, protagonista en los dos tardíos goles del triunfo; el primero a partir de un rechace provocado por su tiro de libre directo y el segundo por un penalti a Lago Jr al que había habilitado magistralmente.
  No nos corresponde valorar al desahuciado Reus, ni tenemos por qué entender la razón de su inútil posesión en retaguardia cuando carece de recursos en una línea media capitaneada por el comodón ex mallorquinista Juan Domínguez y un ataque circunscrito al oportunismo puntual de otro artillero en pos de la retirada, Linares. Quizás por eso planteó el empate inicial como su máxima y única aspiración, pero ya se sabe que quien sale a por tablas acaba sin más puntos salvo que los necesite de sutura. Lamentablemente sus problemas precisan cirugía urgente, drástica e invasiva.
  El vencedor hizo sus deberes. A veces con más dificultades de las deseadas, pero cumplió con su obligación que era de lo que se trataba. Pablo Valcarce, otra de las sorpresas en la formación, marcó el gol que despejó el camino y desatascó el marcador. Pero el éxito se cimentó una vez más en la seria actuación defensiva, esta vez con Raillo como salvavidas de un nervioso Parera, y la sempiterna e irreemplazable ayuda del extremo marfileño, probablemente el único futbolista de la plantilla capaz de decidir en uno el irregular trabajo de los 5.400 segundos restantes. A su inspiración, habilidad y eficacia, además de le referencia de Alex López para aguantar el esférico, se encomendó todo el equipo.
  Sí, se nota la ausencia de Salva Sevilla. ¡Cómo no iba a hacerlo!. Dani Rodríguez, el encargado de suplirle, no ocupa tan amplio espacio y raras veces supera el centro del campo, al menos ayer. Sin embargo no es momento para recordar a los ausentes, sino reafirmar que los presentes validaron el pronóstico. La liga y la clasificación siguen, como la vida, igual.