Opciones intactas

Un gol de rebote en el minuto 89 salvó un punto para el Mallorca en Los Pajaritos donde el Numancia se había adelantado a los siete minutos al desviar Sastre una falta lanzada por Mateu. Un reparto de puntos que no satisface a ninguno de los contendientes pero castiga la tacañería de uno, solo dedicado a defender sin pasar apenas de medio campo, y la impotencia del otro, sin ideas para derribar la muralla numantina, nunca mejor dicho, levantada para resistir el acoso visitante.

ALINEACIONES:

C.D. Numancia.- Juan  Carlos (2), Nacho (0), Atienza (1), Gutiérrez (2), Mateu (1), Diamanka (0), Escassi (1), Gus Ledes (0), Higinio (1), David Rodríguez (0) y Villalba (1).

Minuto 72, Yeboah (1) por Higinio. Minuto 87, Kako (-) por David Rodríguez. Minuto 91, Luis Valcarce (-) por Villalba.

R.Mallorca.- Reina (1), Sastre (1), Valjent (1), Raillo (1), Salva Ruiz (1), Salva Sevilla (2), Pedraza (1), Dani Rodríguez (1), Ariday (2), Lago Jr. (1) y Budimir (0).

Minuto 59, Abdón (1) por Pedraza. Minuto 71, Leo Suárez (1) por Ariday. Minuto 79, Fran Gámez (-) por Salva Ruiz.

ARBITRO:

Pizarro Gómez (1), del Comité de Madrid. No influyó en el resultado, pero cometió importantes errores de apreciación y disciplinarios. Mostró tarjetas amarillas a Gus Ledes y Fran Villalba, del Numancia y a Budimir, Dani Rodríguez, Pedraza y Salva Ruiz del Mallorca.

GOLES:

Minuto 7, libre directo fuera del área que lanza Mateu a media altura y Sastre desvía de su trayectoria sin opciones para Reina. 1-0

Minuto 89, a Nacho se le enreda el balón entre los pies junto al poste y cuando va a despejar mete los suyos Salva Sevilla para alojar el balón en la portería. 1-1

COMENTARIO:

Gregorio Manzano se quejaba de la poca asistencia de público a Son Moix que atribuía a la sobremesa de la paella del domingo ininterrumpida por un partido de fútbol a las cinco de la tarde, por otra parte una hora más taurina y lorquiana que futbolera. No creo que en Soria haya tradición de arrocito dominguero, pero más de uno debió perder la siesta dominical o si acaso, aprovechó el tedio provocado por la racanería del Numancia y la impotencia del Mallorca para dormitar bajo la techumbre de Los Pajaritos sin abandonar su asiento. ¡Cuánto sopor y menudo aburrimiento!.
  Los defensores de la posesión rozaron la apostasía de su teorema. Los visitantes acapararon inútilmente el control de la pelota para no generar ni una oportunidad de gol en más de noventa minutos de juego. El equipo de López Garai, justamente enfadado con los suyos, se aplicó a su histórica leyenda limitándose a defender un gol casual obtenido al principio, sin atravesar después el centro del campo ni para ir al lavabo. Y aquello fue el desordenado asedio a una muralla cobarde por un ejército precipitado sin puntería ni estrategia. Y, claro, quien a hierro mara a hierro muere y quiso el destino que el rebote que rompió la virginidad de Reina rebotara finalmente como un boomerang en la meta contraria donde Sevilla salvó la debacle al poner el pie ante la duda de un zaguero local en el momento de sacar un balón fácil con el que se hizo un lío mayúsculo. Más que un premio a la insistencia, un castigo a la tacañería.
  El autor del gol del empate, junto con Ariday, mantuvo a sus compañeros vivos hasta el final. Ganó por KO su duelo particular con Diamanka. Pero más que su entereza  e intensidad en funciones de líder y cerbero, fueron la campana y la nula ambición del Numancia las causantes de un empate in extremis.
  Derrotados el Deportivo, el Málaga y el Granada sin que el Albacete pudiera pasar tampoco del empate, las opciones mallorquinistas son las mismas. Bien está lo que bien acaba, pese a que ayer solo terminara regular. Un punto es menos que nada, sin embargo se dejaron de ganar tres en un campo aun más propicio que el de Córdoba. Perdonar en estas visitas antes de viajar a Riazor y la Rosaleda podría terminar pasando una factura demasiado cara.