Pájaros y pardillos

El bicho no rebota, sino que rebrota y de qué manera. Para que la Federación Española se plantee retrasar el inicio de las ligas no profesionales, aunque me pregunto cuáles son esas, la información que posee no debe ser muy alentadora. Está claro y así ha quedado escrito ya en varias ocasiones que las entidades deportivas más modestas no cuentan con recursos suficientes para cumplir con los protocolos de seguridad no solo aconsejables, sino exigibles. No todo el problema se origina en las fiestas privadas o en las reuniones de jóvenes inconscientes. Hay mucho irresponsable suelto.

El ejemplo de las cortinas de humo procedentes de la mala política ha cundido en otras esferas, alcanzando al propio fútbol nada impermeable a las corruptelas al uso y los postureos de moda. La impresentable pataleta del Deportivo, avalada por autoridades institucionales ávidas de votos, para tapar la pésima gestión que le ha devuelto a Segunda B como le ocurrió al Mallorca, no caigamos en el olvido se ha esparcido casi a la misma velocidad que el COVID. No es que el Numancia tampoco quiera bajar de categoría, sino que ahora el Zaragoza exige su ascenso directo sin disputar el play off que empieza el próximo jueves. A río revuelto, ganancia de desahogados.

Sobre este paisaje, el resto de presidentes se opone tajantemente a cambio alguno, trapicheo incluido. Claman por librar a Javier Tebas de todo mal y responsabilidad pero no lo hacen por la pureza de la competición, que sería lo normal, sino exclusivamente por el dinero. Algunos has celebran que el actual presidente de la LFP haya logrado «industrializar» el fútbol español. ¡Menuda industria de pájaros y pardillos!.

P.D.: Entreténganse en calcular lo poquito que esta vez le va a tocar al Mallorca por la ayuda al descenso en comparación con los 30 millones que puede recibir el Espanyol y los 15 que le calculan al Leganés.