Primero Negreira y ahora Canales

Equivocan el tiro o se conforman con la presa más débil quienes aseguran que el ex jugador del Real Betis, Canales, le ha ganado la partida a Mateu Lahoz en los Tribunales Ordinarios. En todo caso pierde el árbitro, pero detrás de él, Comité de Competición, el de Apelación y la mismísima Federación Española de fútbol, entonces aun presidida por Luis Rubiales, sin olvidarnos del CSD y el TAD que en su día ratificaron la sanción de 4 partidos, 1 por la doble tarjeta amarilla debida a protestar y, a posteriori, por declarar que la actuación del colegiado fue «premeditada».

La defensa se ha basado en algo tan sencillo como la confusión de dicha palabra, al alegar que quiso decir precipitada y le salió «predimitada». El fallo del juez ahora aprecia el recurso y anula la sanción y la multa, 601 euros, de la que ya había cumplido el primer encuentro de suspensión con su actual club, Rayados de Monterrey. Podrá jugar los tres que le faltan.

Si aciertan aquellos que prevén la apertura de un precedente y, además, bastante peligroso. Cualquier insulto sobre el terreno de juego tendrá que ser objeto de interpretación porque las apelaciones en base a la confusión al escuchar el improperio e incluso su significado puede terminar fuera de la reglamentación deportiva. Todo un fracaso que seguro no será bien recibido en la FIFA y hace temblar los cimientos del Comité Técnico de Arbitros y estamentos superiores precisamente en el momento de que los socios del PSOE en el Congreso reclaman investigar a fondo en la cámara las acusaciones de «abuso, corrupción y acoso» durante la misma etapa, es decir el mandato de Rubiales, alguna de cuyas denuncias dormían el sueño de los justos en algún cajón del Consejo Superior de Deportes.