Proporción indirecta
No quiero tocar las narices ni ser pesado, pero a mi las cifras no me cuadran. Por ejemplo me pregunto qué hicieron el Albacete o la Cultural Leonesa para disponer de un límite salarial de más de un millón de lo que Maheta Molango asegura que va a tener el Mallorca, cuando el primero no pasa de los 6000 socios, el segundo 7000 y en Son Moix dijeron que iban por los 9000. O los precios son muy caros en La Mancha y en León o, más probablemente, sus gastos son muy inferiores empezando por los de sus ejecutivos.
Ya hemos dicho que el ascenso del Huesca o, en su día, el Eibar con topes muy bajos constituyen excepciones, no reglas. También podría serlo el Mallorca, pero no lo exigiremos mientras no insistan en hacerse los pobres y curarse en salud imputando las restricciones a la Liga y no a la política de los dueños del club. Es cierto que el uso del talonario no garantiza una clasificación mejor, pero ayuda porque, en suma, contribuye a confeccionar una plantilla potencialmente mejor.
Si descontamos a los filiales, en este caso el Barcelona B y el Sevilla Atlético, y repasamos la clasificación final de Segunda A es muy sencillo comprobar que en la primera mitad de la tabla hay mayoría de los clubs con inversiones más altas, mientras que las más bajas corresponden a los de la parte más baja. Insisto, no hay casi nunca una relación directa, pero si una justa aproximación. Demasiado fácil hacer demagogia con ello sin considerar, como ya he recalcado anteriormente, el conjunto del presupuesto y, en último término, si lo han hecho equipos más modestos, con mayor motivo podrían hacerlo lo más asentados. Por otra parte, de ahí la importancia en aumento de los directores deportivos.