Que el ritmo no pare

Los suplentes dieron el callo y el Mallorca regresa de Tenerife, aceptando el guante del Espanyol, con una victoria mínima que pudo ser más amplia dada ls superioridad de los de Luis García Plaza sobre un anfitrión igualmente experimental. Un gol de Mollejo a la salida de un saque de esquina en la primera parte fue suficiente para premiar el mejor juego de los visitantes, aunque el propio autor del único gol y Mboula pudieron obtener una ventaja más considerable.

ALINEACIONES:

C.D. Tenerife.- Serantes (2), Kakabadze (0), Sipsic (1), S.González (1), A. Muñoz (1), Alberto (0), Javi Alonso (0), Sashoua (0), Jacobo (0), V.Vada (1) y Joselu (0).

Minuto 36, Nono (0) por Jacobo, lesionado. Minuto 45, Moore (1) por Kakabadze y Aitor Sanz (2) por Alberto. Minuto 57, Fran Sol (1) por Joselu. Minuto 74, Valera (-) por V.Vada.

R.Mallorca.- Parera (1), Sastre (2), Russo (1), Sedlar (1), Cufré (1), Baba (1), Galarreta (2), Mboula (2), Febas (1), Mollejo (1) y Trajkovsky (1).

Minuto 65, Murilo (0) por Trajkovsky y Marc Cardona (1) por Galarreta. Minuto 76, Lago Jr. (-) por Mollejo y A. Sánchez (-) por Mboula. Minuto 81, Dani Rodríguez (-) por Febas.

ARBITRO:

Avalos Barrera (1), de Igualada (Barcelona). A tono con el carácter amistoso del partido, que no planteó complicaciones. Mostró tarjetas amarillas a Alex Muñoz, Alberto, Sashoua y V.Vada del Tenerife, así como a Baba y Mboula, del Mallorca.

GOL:

Minuto 42, saque de esquina que bota Tajkovsky desde la derecha y Mollejo cabecea desde cerca al ganar la posición a Kakabadze. 0-1

TODOS QUIEREN JUGAR

Uno de los mejores entrenadores que pisaron el Lluis Sitjar me contó en cierta ocasión que cuando los resultados son adversos hay muchos lesionados y, por el contrario, la enfermería se vacía y todos quieren jugar al albur de las victorias. Los futbolistas menos habituales con Luis García Plaza le demostraron al entrenador que, en efecto, se apuntan al ascenso; no todos, pero si la mayoría. Saltaron al Heliodoro Rodríguez López con el mono de trabajo, presionaron en campo ajeno, lucharon todos y cada uno de los balones y, además de criterio, pusieron mucha más intensidad y deseos de triunfo que el conjunto chicharrero, cuyos suplentes pensaron más en sus vacaciones que en sacar adelante el penúltimo choque de la temporada en su ciudad, por muy vacías que tuvieran que permanecer las gradas.

Solo una meritoria intervención de Parera ante un tiro lejano de Aitor Sanz recordó que el Mallorca tenía rival. Si acaso un amago intencionado de Fran Sol después de haber sustituido al ex mallorquinista Joselu quien, sin duda, ha conocido mejores y precedentes etapas. El, como Alberto y alguno más, se vistieron de corto como ex futbolistas, mientras sus compañeros más jóvenes no parecían tener prisa en arrancar sus carreras.

Con Russo y Sedlar sin delantero al que vigilar, pues como digo Joselu no estaba para incordiar a nadie, Galarreta y Febas se apoderaron de un centro del campo que, nutrido por enemigos de blanco, solo se veía rojo. El sentido común impuesto por ambos encontró salida por las bandas debido al interés de Mboula y Mollejo, Trajkovsky, falso delantero centro estaba para sacar solo a pelota parada y, eso si, presionar arriba igual que los demás, colocando constantes palos en las ruedas del juego canario, siempre perdido en pases horizontales, falta de pase, malas decisiones y, en suma, sin ideas y mucho menos pegada.

Como a veces se nos recuerda, el fútbol no es complicado o, tal y como cantaba la plantilla del Mallorca en noche de farra «si no quieres jugar, ¿pa qué vienes?». Y, claro, solo se movió quien, aun recién ascendido, había viajado para jugar.