Revisión subjetiva

Lo bueno, quizás lo malo, pero siempre lo que más seduce del fútbol a sus seguidores es el dogma de fé que constituye cada una de las múltiples opiniones que genera. Incluida la nuestra, por supuesto. Todos nos creemos en poder de verdades absolutas que a veces coinciden con la realidad y otras no. Hoy día los medios de comunicación, las redes sociales o blogs como el presente constituyen tribunas cada vez más amplias para expresar pareceres cuya influencia, dicho sea de paso, es cada vez menor. Y uno, la verdad, no aspira a convencer ni adoctrinar a nadie y mucho menos llenar un auditorio numeroso. Las grandes agencias de publicidad, las que manejan grandes cuentas de no menos grandes clientes, ya han perdido la costumbre de cuantificar las audiencias para centrarse en algo mucho más efectivo como es medir la credibilidad que cada medio o informador merece entre sus fieles lectores, oyentes o espectadores. Y cuando digo informador, léase también opinador.

Tras la presente explicación a modo de declaración de principios, cada mallorquinista, de raíz o neonato, valorará las necesidades de la plantilla que se está formando para competir en primera división. Hay lecturas muy fáciles, como la ausencia de un solo lateral zurdo, del mismo modo que los recientes descartes aligeran un ataque que parecía superpoblado pero no superdotado. Aun así se observa cierta descompensación en los extremos, sobre todo por la izquierda, a la espera de observar lo que pueden aportar los recién incorporados. Si lo ideal o eso aseguran algunos técnicos, es disponer de dos futbolistas por demarcación habría que matizar qué clase de jugadores queremos en cada una de ellas. Salvo en las posiciones claramente señaladas, entramos en lo subjetivo para el caso de reclamar mayor inversión en reforzar el vestuario actual. Con Baba, Salva Sevilla, Febas, Pedraza y Dani Rodríguez, la línea media parece suficiente, pero ya no estamos tan seguros del rendimiento de los porteros, los centrales y los «nueves».

Quienes si deben tenerlo claro son Vicente Moreno y Javier Recio que, sin duda, habrán profundizado en estas y otras cuestiones.