Ser honrado y parecerlo

El problema de las apariencias es que algunas veces engañan, pero no todas. Por mucho que hayan tomado formas políticamente correctas, no siempre cuelan y eso de que no solamente se debe ser honrado, sino parecerlo, no está muy de moda porque al amparo de la fachada exterior ya hay quien no se molesta en disimular.

La UEFA tomó una buena decisión al repetir el sorteo de octavos de final de la Liga de Campeones por unos errores en algunos bombos que hubieran incitado cuanto menos a la mofa. Este tipo de equivocaciones no pueden darse en actos como el que deparan cruces de equipos que no solo ponen en juego éxitos deportivos, sino muchos millones de euros. Hace tiempo que ante la sospecha de bolas frías o calientes, yo hubiera cedido guantes antitérmicos a los extractores. No quiero ni pensar que algo semejante pueda ocurrir en las votaciones gubernamentales aunque, como diría Don Quijote, «que son bombos y no urnas, querido Sancho».

El organismo que preside Ceferin ha mostrado agilidad y capacidad de reacción, pero sobre todo ha sido respetuoso con la forma. Lástima que al Real Madrid le haya tocado un hueso y al Barcelona, en competición de inferior rango y sin fallos, otro. Pero volvamos a los que más nos importa, la liga, la nuestra de verdad. No la verdad de aquel banco que nos hicieron creer que era de todos y terminó desaparecido por quedárselo unos cuantos. ¿O era una Caja?.