Siento disentir

Confieso que prefiero el erotismo a la pornografía y, al hilo de lo que sigue, jamás comprendí, desde que tengo uso de razón, qué atractivo podían encontrar los romanos en aquellas sangrientas representaciones donde hombres y mujeres eran devorados sobre la arena del circo por felinos de distinto género, raza y condición.

Respeto a quienes vacían sus bolsillos para ver a un gato jugando con un ratón, es decir al Madrid o al Barça frente a equipos que no compiten con sus mismas reglas y, por si fuera poco, con presupuestos, ergo posibilidades,  diez o doce veces más pequeños. Me inclino por los duelos de igual a igual, no los de aquellos en que un contendiente usa pistolas y el otro solo puede responder con un palillo.

Habrán deducido fácilmente que no me embarga ninguna emoción por el hecho de que el Barcelona juegue el sábado en Palma frente al Mallorca. Me explico. Hubo un tiempo en que aquí había jugadores para dar la campanada: Roa, Stankovic, Etoo, Engonga, Ibagaza, Nadal, Arango, Tristán, Luque…….y todavía más atrás, Ezaki, que le paró un penalti a Koeman, Magdaleno, Orejuela, Higuera, Luis García, Chano, Fradera, Vulic, etc. Perdonen por la referencia comparativa.

No pretendo menospreciar a Javier Aguirre y sus chicos, ni mucho menos. Digo que si, además, el mismísimo presidente de la Liga de Fútbol Profesional ha razonado públicamente que el campeón y el Barça son los que prestigian la llamada Liga Santander y es necesario protegerles, las evidencias demuestran que todo lo que sea enfrentar a cualquiera de estos dos con los equipos de la mitad baja de la clasificación no encierra el menor espectáculo.

¿Que en fútbol siempre puede sonar la flauta?. Claro, como la del flautista de Hamelín, a ver si se lleva todas las ratas al mar.