Un calendario de listos

Mientras Luis Rubiales y toda su corte, no celestial precisamente, se iban a Arabia Saudí en busca de petro dólares en compañía de Florentino Pérez, Joan Laporta, Elizegui, Gil Marín, Cerezo y sus correspondientes comitivas, el aficionado ya no sabe si los partidos que le ofrece la televisión a la carta y bajo riguroso pago, son de liga, de Copa, de Supercopa o algún nuevo invento de estos que unos u otros se sacan de la manga para seguir ordeñando la vaca.

Finalizada la vigésimo primera jornada del torneo regular, la segunda de la segunda vuelta, seis equipos, si media docena de ellos, no saben ni cúando han de cumplir los compromisos del calendario elaborado para satisfacer el afán recaudatorio de la Federación Española de Fútbol y afines. Dos de ellos, Atlético de Madrid y Levante se verán las caras el 16 de febrero, dentro de un mes. Los demás, Barça, Rayo Vallecano, Real Sociedad y Mallorca ni se sabe porque catalanes y vascos tienen Europa League el mes próximo y mientras tanto priman los cuartos de final de la Copa y las semifinales.

A esto se le llama manipular la competición sin ningún rubor. El Levante, colista, tiene casi 30 días para afrontar su visita al Metropolitano y, por tanto, con tiempo para intentar sumar puntos que hagan menos agobiante su visita al emporio colchonero. Es un ejemplo porque los otros cuatro ni se sabe. Una vergüenza sin comparación posible y una desmotración evidente, una más, de que el interés de los aficionados y la pureza del campeonato no figuran entre las prioridades de Las Rozas ni de la Liga de Fútbol Profesional. No, no es un calendario de locos, sino de listos.