Una voz amiga

A nadie le gusta caminar solo, de ahí lo hermoso del «you’ll never walk alone» que canta la afición del Liverpool. Mucho más cuando hay que atravesar los intrincados vericuetos por los que discurre el fútbol español profesional y no profesional. Por eso me animo al comprobar que no es el único en resaltar las incongruencias que emanan de las federaciones deportivas en general y la del fútbol en particular y sonrío agradecido cuando el colega Kike Marín en la web del diario digital El Confidencial, se hace eco del parecer de José Luis Diez, ex presidente de la Federación Navarra y ex directivo de Angel María Villar hasta que, a la vista de los acontecimientos, decidió enfrentarse al vizcaino y salir de Las Rozas.

«Tras las oportunistas decisiones de la RFEF para contentar a los clubs que iban a descender, con la complicidad de la mayoría de las territoriales (abro paréntesis para recordar que entre ellas estuvo la Balear delm sumiso Bestard), la base ha experimentado un incremento artificial. Hemos pasado de 80 a 102 clubs en Segunda B y de 360 a 397 en Tercera. Es decir 59 más y un total de 499 en lo que es el fútbol no profesional y competencia por tanto de la RFEF».

«Este cambio -continúa el entrevistado- supone el consiguiente incremento en gastos organizativos, contratos, arbitraje, con un aumento de categorías, plantillas y tarifas, adecuación de las instalaciones, etc. Y como resultado una notable inflación de la organización del fútbol en el ámbito no profesional que tendrá unos efectos perniciosos en un futuro próximo, con la reversión anunciada».

«Se utilizan los fondos federativos, ya sean públicos o privados, para lanzar promesas en una clara política de captación del voto que supera a todo lo que se dice en el proceso de la Soule (el que sirvió para desbancar a Villar).

«La llamada profesionalización ha conllevado jugosas y desproporcionadas retribuciones a presidentes y cargos directivos con cifras de seis dígitos, mientras algunas plantillas están en ERTE».

Para no extenderme demasiado dejo para mañana cuanto se refiere a lo que el señor Diez, a sus 74 años, refiere como «la endogamia del estamento arbitral».

Yo no añadiré nada más porque no haría más que repetir lo que ya he escrito en anteriores ocasiones y coincide con la presente opinión, pero si les interesa el asunto no dejen de visitar la sección de deportes de El Confidencial. Por mi parte el directivo navarro ya es uno de los nuestros, los míos. O yo uno de los suyos, no sé.